Entorno Educativo y Control Inhibitorio en Preescolares Ecuatorianos.

Abstract

En los últimos años, el estudio del neurodesarrollo ha cobrado relevancia y ha puesto especial énfasis en las funciones ejecutivas, éstas se entienden como un conjunto de habilidades cognitivas que ayudan en regular la organización, planificación y cumplimiento de objetivos. Entre las funciones ejecutivas que destacan está el control inhibitorio, ya que permite al ser humano suprimir respuestas impulsivas y automáticas, para actuar de manera más reflexiva y adaptativa. Esta función ejecutiva es esencial en la etapa preescolar, donde el cerebro es particularmente sensible a los estímulos del entorno, y su desarrollo influye directamente en la capacidad de atención, autocontrol y aprendizaje en contextos escolares. El entorno educativo constituye un espacio físico, social e interactivo que tiene influencia en el desarrollo del control inhibitorio de los niños y niñas. Es en este entorno donde los preescolares no únicamente adquieren conocimientos académicos, sino también aprenden a regular sus emociones, respetar normas, esperar turnos y ajustar su conducta a distintas situaciones sociales y escolares. Por lo tanto, el entorno educativo debe estar adecuadamente diseñado y equipado para promover experiencias que estimulen la autorregulación, el juego guiado, la exploración y el pensamiento reflexivo.

In recent years, the study of neurodevelopment has gained prominence, placing particular emphasis on executive functions. These are understood as a set of cognitive skills that help regulate organization, planning, and goal achievement. Among the executive functions that stand out is inhibitory control, as it allows humans to suppress impulsive and automatic responses in order to act in a more reflective and adaptive manner. This executive function is essential in the preschool stage, when the brain is particularly sensitive to environmental stimuli, and its development directly influences attention span, self-control, and learning in school settings. The educational environment constitutes a physical, social, and interactive space that influences the development of inhibitory control in children. It is in this environment that preschoolers not only acquire academic knowledge but also learn to regulate their emotions, respect rules, take turns, and adjust their behavior to different social and school situations. Therefore, the educational environment must be appropriately designed and equipped to promote experiences that stimulate self-regulation, guided play, exploration, and reflective thinking.